Meditación Taoista
Zuo Wang
El
antiguo pueblo chino definió la
meditación taoísta con dos ideogramas: Zuo y Wang,
sentarse y olvidar.
Consiste
en sentarse plácidamente
y vaciar la mente de emociones y pensamientos
para dejar que aflore una conciencia inmediata y
no racional de la realidad. De esta manera la realidad
se aprecia de forma directa, sin el tamiz del pensamiento racional ni la distorsión de las emociones. Esta práctica
de unidad entre el observador y lo observado es la base de la meditación.
Dice Zhuang
Zi «la mente en calma del sabio es un espejo donde se reflejan el cielo y la
tierra, es el reflejo de todas la cosas». La pura realidad excede las formas y carece de cualquier definición. Esta vacuidad no es un vacío ordinario, es un vacío
vivo que contiene un potencial creativo infinito e ilimitado y es origen y
fuente de toda la vida.
Cuando la
persona olvida sus creencias, juicios, sentimientos, opiniones,
inclusive su misma identidad y olvida que está
olvidando, vive su naturaleza original. «Abandono
mis extremidades y mi cuerpo, alejo la percepción y el intelecto, elimino la
forma, quito la comprensión, me hago idéntico al Tao. Esto es lo que quiero
decir cuando me siento y me olvido de todo», explica Zhuang Zi. Creer que los nociones abstractas de
las cosas constituyen la realidad es un error. En la meditación taoísta, el meditador observa los
pensamientos que aparecen como si fueran nubes que se trasladan por el cielo.
Zuo Wang es
una meditación intuitiva, espontanea sin técnica. El practicante se sienta, sin
ninguna intención ni expectativa, dejando que
los pensamientos pasen y regresen al vacío que es de donde han surgido. Dice Lao Zi: «cuando no se hace nada, nada queda por
hacer».
Practicar
meditación taoísta de forma cotiadiana es un bálsamo para el cuerpo y la mente.
Reduce el estrés y la tensión, libera la mente de preocupaciones, brinda serenidad y claridad de ideas, facilita la
resolución de conflictos y el acierto en la toma de decisiones. Mejora la
empatía y la percepción. Aumenta la capacidad de
vivir el aquí y ahora, para borrar sentimientos de culpabilidad derivados del
pasado o preocupaciones sobre el futuro. Optimiza la concentración, la atención y la memoria y
capacidad de aprendizaje. Mejora nuestra intuición y creatividad,
y nos da paz y serenidad.
Consideraciones
de ayuda:
• Lugar
tranquilo y silencioso sin interrupciones.
• Usar un almohadón si resulta más cómodo. Piernas cruzadas, espalda
derecha y manos en las rodillas, mentón levemente retraído y ojos cerrados sin
forzar. Si es más conveniente para usted, puede sentarse en una silla con
piernas dobladas en ángulo recto y pies apoyados sobre el suelo.
• Mantener la mente fija en la respiración. Conciencia
en el movimiento del abdomen, en el sonido del aire cuando ingresa por la
nariz, la sensación táctil del aire al entrar y al salir de la nariz. «Pensar
solo en una cosa para olvidar diez mil», dice el proverbio taoísta. Si surge un
pensamiento, déjalo irse solo, sin alimentarlo.
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Empieza la práctica con pocos minutos y aumenta día a día.
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Al practicar a diario, la actitud meditativa se va extendiendo al todas nuestras
actividades diarias.